Buenos días estimadas familias y alumnos/as:
Este curso 2019/20 ha llegado a su fin. Tengo una sensación agridulce, ya que después de 13 años trabajando con niños en la escuela no hemos podido terminar las clases presenciales.
Digo agridulce por varios motivos que ahora explicaré:
Sabor agrio:
A mi como maestro de vocación, esta situación de no poder ver a los chicos/as de mis colegios, ha sido dura. Uno de mis motores en la vida es la educación, es parte de mi persona. Mi profesión la amo desde pequeño y terminar así el curso no me satisface como cualquier año anterior.
También sé las dificultades por las que habéis pasado las familias y eso aunque en la distancia también me hace tener un sabor agrio, porque el principal motor de mis alumnos/as sois vosotros.
Sabor dulce:
También siento un sabor dulce, ya que me siento muy orgulloso de todos y cada uno de los niños y niñas de mis colegios. El trabajo que han realizado en este tiempo tan difícil ha sido estupendo.
Desde el primer momento tanto ellos como nosotros los maestros hemos intentado ayudarles en su formación. Los niños/as se han adaptado perfectamente a la situación y debemos darles su valor , ya que la situación no era nada fácil. Se han portado como verdaderos campeones /as.
La respuesta de ellos ha sido encomiable y por supuesto la de las familias.
Sé de primera mano que este tiempo ha sido muy difícil para las familias por eso aunque sea a distancia quería mandaros un gran abrazo a todas.
Enhorabuena por el trabajo realizado con vuestros hijos e hijas.
Desde el primer momento tanto ellos como nosotros los maestros hemos intentado ayudarles en su formación. Los niños/as se han adaptado perfectamente a la situación y debemos darles su valor , ya que la situación no era nada fácil. Se han portado como verdaderos campeones /as.
La respuesta de ellos ha sido encomiable y por supuesto la de las familias.
Sé de primera mano que este tiempo ha sido muy difícil para las familias por eso aunque sea a distancia quería mandaros un gran abrazo a todas.
Enhorabuena por el trabajo realizado con vuestros hijos e hijas.
Para concluir deciros que la providencia de Dios es sabia y pronto volveremos a estar juntos, lo pido con insistencia todas las noches en mis oraciones y sé que pronto se cumplirá.
En septiembre espero volver a estar con vosotros porque como os he dicho antes sois uno de los motores de mi vida y yo espero ser un motor de la vuestra.
Volveremos a estar juntos para reir, abrazarnos, aprender y en definitiva para ser mejores personas.
Un abrazo y un beso muy fuerte para mis alumnos/as y sus familias.
Juan Pablo
